Hablemos de los pequeños regalos de vuestros huéspedes
Aviso importante: estos pequeños regalos (tanto como anfitrión o como huésped) nunca deben darse por sentados: nada obliga a los huéspedes o anfitriones a dejar un regalo. El gesto debe seguir siendo espontáneo y sincero y, aunque podamos lamentar no encontrar uno a nuestro regreso, no podemos reprochárselo a nuestros compañeros de intercambio. Fin del aviso. 
Como anfitrión, cuando prestas tu casa, siempre hace ilusión encontrar al volver un pequeño regalo dejado como agradecimiento. Puede ser un detalle de su ciudad de origen, algo comprado allí mismo. Pueden ser flores, chocolates, una planta, a veces incluso un dibujo o, más sencillamente, una nota de agradecimiento (que a veces hace la misma ilusión).
La pregunta del día: ¿cuál ha sido vuestro regalo/recuerdo favorito al volver a casa?
Puede ser algo muy simple: una nota, un objeto, dulces… ¡lo que queráis! Y si tenéis una foto, ¡mucho mejor!
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Para mi, el mejor regalo ha sido poder compartir alguna actividad con los anfitriones en la que nos hayan enseñado alguna de sus tradiciones, porque así hemos aprendido sobre su cultura y hemos disfrutado de su compañia. Por ejemplo, en el Tirol nos acompañaron a buscar frambuesas y setas y en Bretaña nos enseñaron a pescar navajas y almejas.
En cuanto a regalos físicos, me encanta cuando encontramos que nos han dejado algo de comer típico de la zona y de buena calidad o artesanal, ya sean patés, chocolates, mermeladas, encurtidos, embutidos, etc. Es una manera de conocer la gastronomía del lugar!
Lo más singular: una acuarela preciosa pintada por una de nuestras invitadas, inspirada en el paisaje de nuestro entorno. La tengo colgada en casa y, cada vez que la miro, me acuerdo de ellos y les estoy inmensamente agradecida!
Desde aquí animo a todo el mundo a tener algún detalle, como harían si viajaran a casa de unos amigos. Para mi, es parte del espíritu del intercambio de casas. Lo digo porque, en los intercambios por GP, me he encontrado en más de una ocasion que los anfitriones no piensan en hacerlo, sobretodo si se trata de residencias secundarias. Para nosotros, incluso una simple nota de bienvenida es de agradecer. Evidentemente, no hay ninguna obligación, pero se agradece un montón.
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