La llegada a la ciudad fue algo caótica pues nos encontramos una ciudad vallada y con dificultad para encontrar aparcamiento. Menos mal que los dueños de aquel estupendo apartamento nos orientaron para que pusiésemos encontrar donde aparcar. Una vez conseguido, llegamos a la vivienda situada en el mismo casco histórico, asi que echamos un vistazo alrededor y observamos que las tiendas tenian en sus escaparates indumentaria blanca y pañuelos rojos. Todo parecia indicar que alli se iba a celebrar de manera inminente una fiesta semejante a los San Fermines de Pamplona y así era según nos contaron los habitantes de allí. Sin embargo,
justamente nos fuimos de Bayona el dia que comenzaban los encierros pero con las ganas de volver justo en esas fechas para disfrutar de esta sorpresiva fiesta hermanada con las nuestras. Nos fuimos pero sin duda con ganas de volver en otra ocasión.
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