Porque HomeExchange no es un simple intercambio de casa, ni vacaciones gratis, sino que, detrás, hay mucho más.
Si nos atenemos al espíritu de Home Exchange, a la importancia que le damos a la comunicación y al vínculo que creamos con nuestros invitados o anfitriones, sin duda alguna, mi HomeExchanger del año ha sido Loli.
Desde el primer contacto que tuve con ella hubo muy buen feeling. Llegamos a hablar casi a diario sobre todo tipo de temas.
Aparte, todo tipo de información y detalles que tuvo con nosotros durante ese intercambio.
El intercambio recíproco simultáneo lo cerramos en marzo para el puente de diciembre. Estoy deseando conocerla en persona, aunque mi marido sí tuvo el placer de poder quedar con ellos en un viaje de trabajo a Sevilla.